sábado, 5 de junio de 2010

Sábado (ya no se ni que día es)

Antes de que suene la alarma ya estoy despierto. El albergue de Astorga está muy bien, pero no deja de ser público y hay más gente que en la guerra, por lo que no es necesario poner ninguna alarma. A las 7.30 estamos todo el mundo fuera.
Al final se hace pesado y todo lo de preparar las alforjas. Es lo que tiene comprarlas baratas. Si algún día os lo pensáis, coger algo bueno y que sea fácil su desmontaje y montaje; si no es un coñazo. Daros cuenta que cada vez que lleguéis a un albergue lo tenéis que desmontar por completo para a la mañana siguiente volver a montarlo.
Empezamos a seguir las flechas amarillas. El ambiente está fresco como cada mañana, pero el señor Lorenzo apunta maneras. A los pocos metros empezamos de despedidas: los llamados "Italiani" avisan que irán por la ruta de la carretera y además irán más lejos que nosotros, pues sus planes son llegar a Santiago como muy tarde el martes. Aquí parecen separarse los caminos. Quedamos Elena y yo, que por cierto, su nombre en italiano a pronuncia acentúando la primera letra. Como es normal

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