martes, 1 de junio de 2010

Día 3º (01/06/10)

Parece que no, pero vamos avanzando. Empieza el tercer día. Creo que aquí no lo he dicho ninguna vez, pero creerme cuando os digo, incluso llevando solo 2/3 días, que esto va a ser una experiencia inolvidable. Es una sensación... Bueno, y encima en el ciber este me ponen ahora música de Enia... ¿A que me pongo a llorar? Joder... Caminante, no hay camino, se hace camino cuando haces el de Santiago... En bici también vale, eh!

Esta noche he dormido como un auténtico zoquete. Con los tapones de espuma “enchufaos” casi hasta los tímpanos, no me he enterado de nada. Si es verdad que me he tenido que levantar y casi vuelco al bajar de la escalerilla de la litera, pero por lo demás, como un Lirón Careto... Por cierto Miguel Angel, todo un acierto lo de traerse una sábana y la funda de la almohada. Soy el amo.

Hoy me he levantado tempranito. Mi intención era salir a las 7:00. Buena hora, eh? Habrá alguien de los lectores de estos pensamientos que diran ¿Y eso son vacaciones? Pues sí, cada tonto tenemos nuestra propia tontería, verdad?
Ala!, A preparar!: desacer la cama, recoger la colada, vestirse de “romano”, colocar todo dentro de las alforjas, sacar la bici, montar las alforjas, y, por supuesto, desayunar, que hay que echar carbón al fuego para poder funcionar. Coincido con Elena, así que, ¡preparados, listos, ya! Nos ponemos en marcha con la intención de atravesar Logroño, perdiéndonos lo menos posible, con la intención de retomar nuestro Camino hacia Santiago. Ha amanecido una mañana muy buena, despejada, apuntando maneras para que caiga un sol de justicia sobre los humildes caminantes y bicigrinos.

Después de casi 5 km de travesía, consegimos “tocar” tierra. Como no podía ser de otra manera, esta ciudad tambien se quiere despedir de nosotros con unos cuantos repechos de justicia. Elena no se cansa de decirme que tire, que me vaya, que no me preocupe por ella, pero la verdad, es que ni voy sobrado con el cuadriceps, y tampoco me hace ilusión perder su compañía.

Pasados 10 km de risas y esfuerzo para entendernos (no habla español), decido no echar la vista atrás y poner mi ritmo, que aunque quiero ir tranquilo, cierto es que prefiero ir con un ritmo más alegre. He aquí la foto de nuestra despedida. Elena, ánimo, que eres muy grande! Por supuesto, como todos los “hasta luego”, quedamos en mantener el contacto con esto de “la internete”. Puf! En fin... para adelante....

Aquí empiezo mis andanzas otra vez en solitario. Subiendo, bajando, parando, arrancando, comiendo... Hoy, por fin, he llevado cositas de “picar” en la bolsita del manillar, y ¡que idea más buena! Así que ahí he ido todo el rato, con mis dátiles y mis galletas príncipe. Energía total.

En una travesía me he encontrado con otros bicigrinos de Madrid, que estaban haciendo un “kit kat”. He parado a saludarles y a coger agua, y por supuesto hemos compartido “viandas”. Esto del camino no deja de sorprender.

Mas adelante, me he encontrado con otro compi del albergue de Logroño, que había pinchado. Por supuesto he parado para intentar echarle un cable, pero lo único que he hecho es darle conversación, pues ya lo tenía todo solucionado. Hemos andado un ratín comentando la jugada y al final he tirado a mi rollo. Como iba como yo llamo “de camping”, me ha cogido en Nájera jústamente cuando le había pedido una viandante que me hiciera una foto con el río de fondo, así que aquí estamos.
Como no esta es otra de las que te despide con un cuestón. Vaya subidita de marras!!! Lo bueno es que como decía Elena “Dopo una salita, una discesa” (creo que era algo así). Pues eso, que después de una subida, viene la bajada ¡Y que bajada!

A estas alturas, me he planteado llegar a almorzar a Santo Domingo, kilómetro 50 aproximadamente, donde como habeís podido ver me he tomado un pinchito, con ½ litro de cerveza con limón y otro medio de Coca-Cola.

A partir de aquí, la cosa empieza a picar. Se siente el cansancio, molesta el cuádriceps, pero vamos tirando, que he aprovechado la parada para darle un poco de hielo, consiguiendo así que se relaje bastante. Aquí estoy “echando un cigarrito” unos pueblos después.

El día se pone algo feote, desaparece el sol (mola!), y aparecen los buitres. La verdad es que es una pena que no se aprecien más, pero si haceís zoom en la foto, conseguireís ver algo más. Es que he pasado de sacar la cámara. Ahora me arrepiento, por que ha sido flipante. Estaban bastante cerca, como si les diera el olor de algún bicigrino al caer....

Otro pueblecito más, y otra paradita. Además de esas de esponja y jabón. Aquí, solo “mojada de cabeza”. Cualquiera bebía. La fuente tenía calandracas y frutos de mar de lo más variopintos.
Bueno, pues sobre las 15:30, he llegado a Belorado, donde he decidido “poner el huevo” esta noche. Otros 75 km según gps que han caído. Mañana, por supuesto, mas... Ahora, ha cenar.

1 comentario:

  1. Madrecita como llevas las rodillas!!!!! ya te dije que es un viaje especial.......animo que ya queda menos......ten mucho cuidadito y BUEN CAMINO....BESOS. LAURA.

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